Zidane se movía con la prestancia de un torero. Cada gesto suyo era pura maestría y sofisticación técnica, él orquestaba el juego con fuego interior. Sus pases eran milimétricos, como pinceladas magistrales en https://jessenfxu508946.win-blog.com/19516336/reacciones-al-cabezazo-de-zidane-en-2006