Zidane se movía con la armonía de un solo ser con el balón. Con una maestría y sofisticación técnica, él orquestaba el juego con inspiración divina. Sus pases eran milimétricos, como pinceladas magistrales en https://keithjcno064459.blog4youth.com/39115589/qué-pasó-realmente-en-el-cabezazo-de-zidane